Rito, Espacio y Poder en la vida cotidiana (relatoría)
Hablar de rito, espacio y poder, en primera instancia nos hace pensar que se trata de un tema que se aborda de manera muy generalizada postulando a grandes organizaciones sociales, de echo gran parte de los artículos y escritos que se pueden encontrar con respecto al tema ya mencionado son de esta naturaleza lo que llama mi atención pues una de las más importantes reflexiones que hice luego la lectura RITO, ESPACIO Y PODER EN LA VIDA COTIDIANA es que si bien estos sistemas de relaciones, de intereses comunes, de convivencia, de colaboración en fin en cualquier característica que los pueda unir, casi siempre han sido estudiados y valorizados como fenómenos de masa, si profundizáramos un poco más podríamos descubrir que en realidad el individuo como tal es el actor principal de todo este engranaje como agente gestor y dinamizador. Estos individuos que al desarrollarse en contextos diferentes según su posición jerárquica y espacial ante el bloque social al que pertenece, asumen un comportamiento que les permite engranar en el sistema y es tal comportamiento al que podemos atribuir el rito de la sociedad.
Vemos entonces como la antropológica, la sociología y la semiótica han orientado su mirada investigativa a los fenómenos más extraordinarios, que pueden identificarse fácilmente, como ritos y rituales en las sociedades más importantes, pareciendo ignorar que es fundamentalmente a través de los fenómenos rituales que suelen presentarse en la vida cotidiana que se puede realizar un análisis y una interpretación más clara de lo que los individuos viven y expresan en un determinado acontecimiento social y cultural. Estos ritos también cumplen una función muy importante y es de legitimar a través del tiempo ciertos comportamientos que luego vemos transformados en señales o significaciones capaces de articular un lenguaje comunicativo. Enrique Finol llama a estos micro-universos insertos en cada cultura, estos determinan una identidad al rito permitiendo una comprensión no solo de los contenidos sino de las formas de una micro-organización social.
Un ejemplo claro que evidencia la sutil existencia de ritos en la vida cotidiana, que alcanzan a jugar un papel decisivo en la conformación y transformación de los universos culturales puede ser la distribución espacial en una empresa promedio, donde podemos observar que los espacios están divididos y ubicados de acuerdo al lugar que ocupan dentro de la jerarquía en la empresa, los individuos que utilizan dichos espacios, aun así es importante mencionar que no necesariamente este tipo de distribución espacial entra en conflicto con la armonía del lugar:
“La disposición de los lugares en la sala acatan naturalmente las precedencias jerárquicas, pero siendo, como cabe esperar, armoniosa desde este punto de vista, también lo es desde el punto de vista geométrico, lo que sirve para probar que no existe ninguna irremediable contradicción entre estética y autoridad”.
El rito entonces dice Enrique Finol “no es sólo una expresión de las normas y de la organización social, sino que es también productor y creador de ellas” lo que parece indicar que todas las cosas que hacemos, decimos y hasta las que pensamos están enmarcadas dentro de algún tipo de rito que pone en evidencia que dentro de cada cultura existen micro-universos en los cuales diariamente se presentan relaciones de poder en determinados espacios y que éstas varían de acuerdo con su contexto e intencionalidad. Entonces visto así las cosas podríamos concluir que son contundentes los resultados de la investigación semiótica que afirma la espontaneidad de los ritos en todas las agrupaciones sociales como característica natural del ser humano.
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